Querida Shangay; reconozco que, el religioso, es un tema que enerva a unos y otros… y esto dura desde el emperador Constantino… Encima, si se mezcla con ideología política, da lugar a enfrentamientos, odios irracionales y falta de respeto de unos y otros. Personalmente, creo que la solución es precisamente política contando con la generosidad de ambas partes: la evolución hacia un Estado laico real que, por un lado, proteja el respeto por las creencias, o no creencias, de cada cual, y por otro, asegure que, en el espacio público, no haya manifestaciones religiosas o símbolos, que excluyan o molesten a los demás.
No es fácil en nuestro país porque, curiosamente, los que llamas «cristofascistas» no son precisamente jubilados melancólicos, ancianos o indigentes sino generaciones de jóvenes (punto a reflexionar) adoctrinados, eso sí, en los colegios concertados y subvencionados por muchos gobiernos autonómicos (punto a reflexionar).
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Por: vormel
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